martes, 12 de enero de 2016

2015, cuando me hice mayor

Campanadas, sonrisas y buenos deseos. Estrenamos nuevo año mientras el eco de los sonidos de 2015 todavía resuena en mi cabeza. 

2015 fue un año tímido, sin el fulgor deslumbrante de su antecesor 2014, año en el que conseguí, por ejemplo, correr mi primera ultramaratón de montaña calzada… con sandalias, por supuesto. No recuerdo grandes gestas deportivas en el año que acaba de terminar y en cambio pienso que ha sido un año de gran importancia en mi vida. 





Tengo una foto de niña en la que aparezco vistiendo una bata de pequeños cuadros de color rosa. Es una foto que me hicieron en el colegio y que estuvo durante mucho tiempo dentro de un marco en el recibidor de casa de mis padres. En ella mi pelo aparece despeinado, como de costumbre, y luzco una pequeña mancha sobre la bata que podría ser de huevo. Tenía 6 años cuando me hicieron esa foto; lo recuerdo aunque no sé si se trata de un recuerdo mío o de uno robado. Lo que sí recuerdo con toda nitidez es un momento vivido unos años después, cuando yo tenía unos 9. Ese día lloré amargamente mientras miraba esa fotografía echando de menos el pasado. Parece algo cómico y así lo recuerda mi madre, que me pilló llorando y de vez en cuando cuenta la anécdota. Pero para mí fue algo más que un tonto berrinche infantil. Mi mundo, el de mi infancia, se extinguía y aparecía ante mí un nuevo horizonte del que nada sabía y ante el que todo lo temía. Para mí mudarme de casa, hacer nuevas amistades, cambiarme de colegio y, sobre todo, perder esa mirada ignorante, inocente y probablemente feliz de mi yo de 6 años era crecer. 

Muchos años después el recuerdo de ese momento vuelve en forma de sensaciones a la vez parecidas y diferentes. Otra vez siento que he crecido y ante mí se dibuja un mundo nuevo del que lo ignoro todo pero ante el cual ya no me escondo ni lloro. 

Tras una larga travesía por la enfermedad, la niña que fui se convirtió en una adulta inquieta que siempre andaba buscando sentido a un mundo que no parecía tenerlo. Este blog ha sido testigo de una parte de esa búsqueda en relación a todo aquello que tiene que ver con la salud y el deporte. Creo que podría explicar mi vida, al menos una parte, como la búsqueda de la salud a través del ejercicio físico. A veces lo practicaba, otras simplemente lo imaginaba mientras me recuperaba de alguno de mis múltiples achaques. 

Más fuerte, más lejos, más rápido… Para mí correr no es algo que tenga que ver con la competición y sin embargo estos últimos años en los que mi salud ha ido mejorando han estado poblados de diferentes retos deportivos. Un poco más lejos o un poco más rápido he ido sumando kilómetros descalza o mínimamente calzada hasta llegar a este año pasado en el que he corrido sí, pero menos y de un modo diferente. 

Empecé 2015 con una pequeña lesión que me hizo frenar cuando andaba lanzada en la búsqueda nuevos retos cada vez más largos y duros. Una dificultad que se convirtió en una oportunidad de volver sobre mis pasos, replantearme mi relación con el correr y dejar de pensar en el cuánto para volver centrarme en el cómo. Durante el pasado año corrí menos y eso me sirvió para aprender. Fue un año en el que corrí sobre todo descalza y en el que ejercité también el resto de mi cuerpo de un modo en que nunca lo había hecho hasta entonces. Aunque parezca poco lógico pienso que eso me ha hecho ser una mejor corredora. 

Adiós, 2015, un año de aprendizaje en el que conseguí desprenderme de algunos lastres que me limitaban. Bienvenido, 2016, una puerta a un futuro incierto e ignoto pero también lleno de ilusionantes posibilidades. Una nueva oportunidad para seguir creciendo, corriendo y moviéndome de un modo coherente. ¡Feliz año nuevo!

4 comentarios:

  1. Cuando no puedas correr, trota, cuando no puedas trotar,camina, cuando no puedas caminar, usa el baston: pero nunca .... nunca.... te detengas. " Madre Teresa de Calcuta. Así que ya sabes. Un saludico.

    ResponderEliminar
  2. Hola, quizá, éste no sea el mejor sitio para preguntarte por tu alimentación, pero estoy muy interesada. Me pasa algo parecido a ti, un cansancio brutal y dolores por todas partes. Cuando intento hacer ejercicio, al dia siguiente es como si me hubieran apaleado. Hace 8 años q me ocurre.Era muy deportista pero tuve q dejar de nadar, por lis dolores tan terribles que me provocaba. En este tpo. He investigado en alimentación e incluso me he formado. El gluten lo dejé hace unos años. He mejorado bastante pero no estoy bien aún. Ahora estoy en el camino de la dieta evolutiva. No suelo tomar carne pero sí pescado, frutos secos y semillas como fuente de proteina.Mi duda es con respecto a la fruta. Tomo para desayunar, mezclada con frutos secos. Crees q es contraproducente, por eso de la carga glucémica??. No sé, me siento hinchada y con bastante mucosidad y no sé dónde estará problema. Hay grupos q no aconsejan fruta ni hidratos en problemas inflamatorios. Me gustaría conocer tu opinión y experiencia con respecto a esto.

    Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. Hola, Male. En primer lugar te pido disculpas por haber tardar tanto en responderte. Durante este año he tenido muchos problemas de salud que me llevaron en verano a una operación de urgencia pero antes de eso ya llevaba mucho tiempo con una anemia importante que limitaba mucho mi energía y eso ha hecho muchos aspectos de mi vida quedaran sin atender. Ahora que, poco a poco, recupero fuerzas, estoy reencontrándome con aquellas cosas que en su momento dejé pendientes.

      Respecto a tu pregunta te cuento mi experiencia. Yo dejé el gluten después de ser diagnosticada de celiaquía y estuve durante más de 10 años haciendo una dieta convencional sin gluten. Sin embargo, seguí teniendo problemas importantes de salud que me llevaron, también, a investigar por mi cuenta y finalmente dejar de tomar el resto de cereales y pasar a hacer una dieta evolutiva en la que como tú, el pescado era (y es) la principal fuente de proteínas. Con la dieta evolutiva la mejoría fue clara pero seguía teniendo problemas digestivos y neurológicos (dolor de cabeza y dificultad para dormir).

      Esos problemas de salud me llevaron a hacer nuevas modificaciones en mi dieta que la hicieron bastante más restrictiva. Adopté el llamado protocolo autoinmune lo que significa que dejé de tomar alimentos como las solanáceas (patata, pimiento, tomate), frutos secos, leche y huevos. Y también adopté una dieta baja en FODMAPs.

      Yo, como tú, también me sentía hinchada habitualmente y eso era más evidente cuando tomaba fruta. También me planteé dejar de tomar fruta pero cuando adopté una dieta baja en FODMAPs mis digestiones mejoraron de manera ostensible. La clave no estaba en dejar de tomar fruta o carbohidratos si no en el tipo de carbohidratos que tomaba. Por ejemplo, si yo tomaba una manzana mi abdomen se hinchaba de manera casi inmediata pero eso no me pasaba con un plátano o con una naranja.

      Respecto a la carga glucémica no creo que sea un gran problema si estamos hablando te tomar fruta entera (no zumo) en cantidades razonables a no ser que tengas un problema previo de resistencia a la insulina.

      En definitiva, pienso que si hacemos una alimentación de tipo evolutivo, en lo que respecta a los carbohidratos procedentes de “alimentos reales”, deberíamos preocuparnos más por el tipo de carbohidratos que por el hecho de que sean carbohidratos. Lo que quiero decir es que si hay problemas para tolerar, por ejemplo, la fructosa deberíamos dejar de consumir ciertas frutas y sustituirlas por otras con un equilibrio fructosa-glucosa más inclinado hacia la segunda pero en la mayoría de los casos no creo que sea necesario dejar de tomar fruta.

      Una dieta baja en FODMAPs puede ayudar a solucionar los problemas digestivos lo que ocurre es que es una dieta muy restrictiva y complicada de hacer bien sin caer en algún tipo de déficit nutricional porque se limita mucho el tipo de vegetales que se pueden tomar pero eso no significa que tenga que ser una dieta baja en carbohidratos.

      Yo he pasado bastante tiempo con una dieta baja en FODMAPs y siguiendo el protocolo autoinmune y me ha servido para mejorar sustancialmente mi salud, pero es un camino largo y a veces complicado en el que hay que avanzar dando de vez en cuando pasos hacia atrás. No todos somos iguales y son muchos los factores que hay que tener en cuenta. Lo más adecuado antes de adoptar dietas tan restrictivas sería acudir a un buen profesional que nos oriente aunque soy consciente de lo difícil que esto resulta.

      No sé cómo estás actualmente ni si te he ayudado con mi respuesta. Si quieres saber más sobre mi experiencia concreta puedes escribirme a solocorrer@gmail.com aunque, como te he dicho, cada persona tiene su historia y no todas son iguales.

      Eliminar