domingo, 2 de octubre de 2016

Sobre prejuicios, barefoot-minimalismo y técnica de carrera

Dice Wikipedia que “un prejuicio es el proceso de formación de un juicio sobre alguna cosa de manera anticipada.” A pesar de su mala fama los prejuicios a veces resultan útiles para el día a día. En todo caso, útiles o no, son inevitables. Todos tenemos prejuicios normalmente sin ser conscientes de ello lo que hace que no los reconozcamos. Lo cierto es que, lo sepamos o no, los prejuicios configuran nuestra visión del mundo y por ello nos aferramos a ellos con gran fuerza. 

Los prejuicios son culpables de que en ocasiones ante la misma situación dos personas vean cosas diferentes. A veces pasa que ambas personas tienen razón porque su divergencia se debe al hecho de haberse fijado en aspectos diferentes del mismo asunto pero eso no significa que vaya a ser posible el consenso. 

Hace unos días se estableció un pequeño debate en Twitter a propósito de este artículo en el que su autor, Rubén Sánchez-Gómez, resumía y daba su opinión sobre el estudio “Effect of Minimalist Footwear on Running Efficiency: A Randomized Crossover”, que en español se traduciría por algo así como “Efectos del calzado minimalista en la eficiencia de la carrera: Un estudio aleatorio transversal”. Fue un debate limitado, sobre todo por la restricción de caracteres de Twitter, pero también muy interesante por varios motivos que van más allá de la discrepancia de opiniones entre los diferentes actores. El debate se inició a partir de la interpretación que del estudio hace Rubén Sánchez Gómez, interpretación de la que discreparon otras personas entre las que me incluyo. Un mismo texto, diferentes lecturas desde diferentes universos vitales… Y como resultado interpretaciones diametralmente opuestas. Prejuicios en acción. 



¿De qué va el estudio? 


En el estudio en cuestión se trata de confirmar la hipótesis que dice que el uso de calzado minimalista mejora la eficiencia de carrera en comparación con el uso de zapatillas tradicionales y para ello se recluta a 15 corredores experimentados a los que se les hace correr sobre cinta durante 90 segundos con calzado tradicional, con calzado minimalista y descalzos (con calcetines). Los sujetos en cuestión son fotografiados con una cámara de alta velocidad mientras corren para poder determinar sus patrones de pisada, tiempo de contacto con el suelo, ángulo de la rodilla y cadencia de la zancada con cada tipo de calzado. 



El estudio en cuestión parte de una serie de limitaciones reconocidas por sus autores. Así se indica en el propio estudio que no se midió un patrón clave para la eficacia en carrera como el VO2 max, que el tamaño de la muestra de 15 corredores fue pequeño o que la muestra estaba formada sólo por adolescentes varones corredores de campo a través, por lo que los resultados pueden no ser generalizables a otro tipo de corredores. También indican que los corredores descalzos iban calzados con calcetines lo que según los autores podría tener impacto en la biomecánica. Y por último reconocen también como limitación el hecho de haber estudiado únicamente 90 segundos de carrera puntual ya que probablemente con un ensayo a medio (meses), o incluso corto plazo (días) se habrían podido sacar más conclusiones. Todas estas limitaciones hacen que los autores otorguen al estudio un nivel de evidencia 3 que supone el nivel de evidencia más bajo, sólo por delante de las opiniones de expertos. 

Así pues estamos ante un estudio con muchas limitaciones, como reconocen los propios autores, y quizás no sea el estudio mejor diseñado desde el punto de vista de la rigurosidad científica tal y como indicó el fisioterapeuta y experto en técnica de carrera Daniel Ruiz Collado, que también intervino en el debate de Twitter, pero en todo caso se trata del estudio que eligió Rubén Sánchez-Gómez para resumir, analizar y finalmente utilizar como herramienta para defender las zapatillas tradicionales frente a las minimalistas para una mejor eficiencia de carrera. 

Para mí resulta curioso que Rubén Sánchez-Gómez eligiera justo este estudio porque opino que en él se llega a una conclusión claramente diferente a la que defiende en su artículo. Pienso que la explicación de esta elección tiene que ver en que el autor leyó e interpretó el contenido del estudio de manera completamente diferente a como yo lo interpreto. Parece que los prejuicios nos han jugado una mala pasada a él, a mí o a ambos. Lo mejor, en mi opinión, es volver estudio y ver qué dice su texto sobre el desarrollo de la prueba. 


Patrón de pisada 


Según las mediciones realizadas el patrón de pisada se ve modificado al correr con zapatillas y más todavía con zapatillas tradicionales (digo modificado al correr con zapatillas en vez de modificado al correr descalzo porque, aunque nos cueste tenerlo presente, hay que recordar que de serie los humanos venimos sin zapatillas, así que si al correr con calzado vemos que tenemos un patrón de pisada diferente tendremos que afirmar que dicha modificación está causada por el calzado y no al revés, que es nuestro pie descalzo el que lo altera. El patrón a partir del cual establecer la norma debería ser nuestro pie descalzo y no el zapato de tacón o la zapatilla de correr con 12 mm de drop o las botas camperas de puntera estrecha). 



En este gráfico podemos ver el porcentaje de corredores que corren con cada tipo de patrón de pisada en función del tipo de calzado: 
FFS: pisada con el metatarso. 
MFS: pisada con la parte media del pie.
RFS: pisada con el talón.

Los datos muestran que el patrón de pisada con impacto inicial en el talón es mucho más alto en los corredores calzados y sobre todo aumenta mucho cuando los corredores usan calzado tradicional. 


Tiempo de impacto del pie en el suelo 




Por lo que respecta al tiempo de impacto con el suelo también hay diferencias importantes siendo el tiempo de contacto claramente menor en los corredores cuando van descalzos o calzados con zapatillas minimalistas. 


Cadencia de zancada y ángulo de la rodilla 




Por último también por lo que respecta a los otros dos parámetros medidos, cadencia de zancada y ángulo de la rodilla, ambos son claramente más bajos cuando los corredores van descalzos que cuando van calzados ya sea con uno u otro tipo de calzado. 


Análisis de datos 


En el análisis de los datos los autores dicen textualmente: “ Taken together, these findings suggest that minimalist shoes and barefoot running are associated with improved running biomechanics when compared with traditional shoes”. Lo que podríamos traducir como: “Tomados en conjunto, estos hallazgos sugieren la tesis de que el calzado minimalista y el correr descalzo se asocian con una mejora de la biomecánica de carrera cuando los comparas con el calzado tradicional.” 

Los autores sustentan su análisis en las siguientes afirmaciones que proceden de estudios previos que aparecen detallados al final: 

• Un patrón de pisada de metatarso o parte media del pie conduce a una mayor eficacia en la carrera. 
• Una menor duración del contacto del pie con el suelo se correlaciona con una cadencia más alta lo que puede dar lugar a mayor eficiencia. 
• Una mayor cadencia también puede reducir la carga sobre las articulaciones de la rodilla y la cadera. 
• Finalmente también se indica que el mayor ángulo de la articulación de la rodilla en contacto con el suelo se correlaciona con un aumento de la eficiencia en carrera. 

Los autores también dedican unas líneas a hablar de las lesiones y su posible aumento o disminución con el uso de calzado minimalista. Para ello recurren a la todavía escasa literatura científica sobre el tema que asocia el correr descalzo-minimalista con la disminución del estrés en la rodilla y su aumento en el tendón de Aquiles. También se menciona la asociación entre el uso de calzado minimalista y fracturas de metatarsos por estrés. Finalmente se vuelve a insistir en que varios estudios sugieren una mejora de la biomecánica y posiblemente la eficiencia con el uso de calzado minimalista y se indica que sin estudios a largo plazo resulta difícil documentar la incidencia de lesiones. 


Conclusión 


El estudio concluye con el siguiente texto que copio de manera literal para evitar que los prejuicios me jueguen una mala pasada y así asegurar la objetividad: 

“This study suggests potential immediate biomechanical benefits of minimalist footwear over traditional, heavily cushioned shoes in adolescent cross-country runners. By improving running biomechanics, minimalist footwear may improve running efficiency and performance.” 

“Este estudio sugiere potenciales beneficios biomecánicos inmediatos del calzado minimalista sobre el calzado tradicional fuertemente acolchado en corredores adolescentes de campo a través. Mediante la mejora en la biomecánica de la carrera, el calzado minimalista puede mejorar la eficiencia y el rendimiento”. 

Hasta aquí lo que dice el ensayo. Este estudio nos podrá gustar más o menos. Podemos señalar sus defectos metodológicos y estar de acuerdo o no con los datos y su interpretación que hacen los autores pero lo cierto es que dice lo que dice y no lo que nos gustaría que dijera. 


El artículo 


Por eso me sorprendió mucho que Rubén Sánchez-Gómez atribuyera al estudio cosas que no aparecen por ningún sitio. Es así cuando afirma que según el estudio “los parámetros de distribución de cargas en el pie fueron más equilibrados con la zapatilla tradicional”. A continuación encontramos al autor haciendo malabarismos con las palabras para acabar contradiciéndose al afirmar por un lado que “comparando la carrera con las zapatillas tradicionales frente a la carrera descalza y con zapatillas minimalistas, se produce una mayor eficiencia de carrera en algunos corredores con el uso de zapatillas tradicionales” y por otra escribir que “en cuanto a la eficiencia y biomecánica de la carrera, en algunos corredores, correr descalzo o con zapatillas minimalistas son preferibles a las zapatillas tradicionales”. Pero lo más sorprendente de todo es la que el autor considera que es la conclusión del ensayo. Textualmente nos dice: “Por lo tanto, según este artículo, se puede concluir que el reparto de cargas y la eficiencia de carrera se realiza de una manera más óptima en corredores con zapatillas tradicionales”. 

Para cualquiera que lea el estudio debería ser obvio que esa no es la conclusión a la que llegan los autores. Sin embargo, no considero que haya en el ánimo de Rubén Sánchez-Gómez intención alguna de tergiversar el texto del estudio científico. Simplemente creo que se dejó llevar por sus prejuicios, en este caso contrarios a la carrera descalza-minimalista. Como he dicho antes, los prejuicios son inevitables y a menudo nos juegan malas pasadas. 

El posterior debate en Twitter motivó al autor a escribir una aclaración que publicó a continuación de su artículo inicial, cosa que valoré de manera muy positiva ya que pienso que el debate sobre barefoot-minimalismo aplicado a la carrera es siempre interesante. Considero, sin embargo, que dicha aclaración no sirvió para aclarar gran cosa. 

El autor trata de explicarse utilizando básicamente dos argumentos. En el primero ataca las conclusiones del estudio basándose en que en el mismo no se midió el VO2 max de los corredores y a continuación cita otro estudio en el que sí que se midió este parámetro y se llegó a una conclusión diferente. En segundo lugar nos aclara que su afirmación respecto a que el reparto de cargas es mejor en el calzado tradicional que en el minimalista se basa en los datos del estudio puesto que en el mismo se afirma que en los corredores con calzado tradicional se promueve un patrón de pisada de talón. Y esto para él es mejor dado que el retropié (talón) es mucho más grande y está provisto de más grasa plantar que el medio pie y el metatarso, de manera que se genera una mejor superficie de apoyo con el talón y un mejor equilibrio en el reparto de cargas. 

En mi opinión Rubén Sánchez-Gómez de nuevo parte de los datos del estudio para decir algo que no aparece en el texto del mismo. Como he dicho antes, considero que es legítimo disentir del método, análisis de datos y de las conclusiones de este o de cualquier ensayo, pero no lo es afirmar que dicho trabajo dice algo que no aparece por ninguna parte. Hay un momento, en el texto de su aclaración, en el que el autor del artículo parece darse cuenta de eso y lo que hace es atacar el estudio citando otro ensayo con conclusiones diferentes. Si se tratara de buscar y encontrar estudios que digan lo que queremos podríamos empezar una carrera sin final en la que todos podríamos citar trabajos más afines a nuestras ideas, pero eso supondría salirnos del tema que nos ocupa que no es otro que el propuesto por Rubén Sánchez-Gómez: el análisis del estudio que él mismo ha elegido. 


El equilibrio 


Creo que, simplificando mucho, la base de las discrepancias entre el Rubén Sánchez-Gómez y una servidora estriba en el hecho de que cuando ambos leemos los datos del estudio formamos diferentes imágenes en nuestros cerebros. Cuando miramos el gráfico en el que se muestran las diferencias en el patrón de pisada lo que vemos es que cuando los corredores calzan zapatillas tradicionales predomina el patrón de pisada de talón y que cuando calzan zapatillas minimalistas o van descalzos el valor correspondiente al patrón de pisada de talón desciende un poco en los corredores con minimalistas y mucho en los corredores descalzos. Hasta aquí creo que todos podemos coincidir pero a partir de este momento comienzan las diferencias en la imagen formada en nuestros cerebros. 

Yo, que soy una feliz corredora descalza-minimalista desde hace varios años, imagino a todos esos corredores con sus zapatillas tradicionales golpeando con el talón en el suelo de una manera que me parece lesiva y poco eficiente. Y probablemente la visión de Rubén Sánchez-Gómez sea completamente diferente ya que por lo visto él opina que un patrón de pisada de talón es más equilibrado. La clave aquí está en que, al margen de nuestras creencias personales, los autores del estudio que hemos estado analizando consideran que un patrón de pisada de metatarsos o de parte media del pie conduce a una carrera más equilibrada. Eso es lo que dice el estudio independientemente de que, como es el caso, coincida más con mi creencias previas que con las creencias previas del autor del artículo. 

He comenzado este texto hablando de prejuicios porque pienso que de eso van muchos de los malentendidos en los que nos vemos envueltos en nuestro día a día. Todos tenemos creencias y prejuzgamos el mundo que se presenta ante nosotros basándonos en esas creencias, es algo natural y humano, pero pienso que cuando lo que pretendemos es crear contenido con un cierto grado de rigurosidad debemos tratar de ser conscientes de dichas creencias para evitar acabar usando como argumento racional y objetivo algo que no lo es. 

Es fácil acabar siendo víctimas de nuestros prejuicios cuando en nuestro discurso recurrimos a argumentos tan ambiguos como la dieta “balanceada” en nutrición o el “equilibrio en el reparto de cargas” al hablar de la carrera a pie. ¿Qué entendemos por un reparto de cargas equilibrado? ¿Qué patrón de pisada es el que deberíamos tomar como modelo para valorar qué es más óptimo, el patrón mostrado por un pie descalzo o el del pie con zapatillas amortiguadas y con tacón? Estas preguntas merecen una reflexión seria que creo que no ha hecho Rubén Sánchez-Gómez al basar su razonamiento sobre el equilibrio en el reparto de cargas en su afirmación de que el retropié es mucho más grande que el antepie y que está provisto de mayor grasa plantar. ¿Seguro que es así? 



Este artículo no es, ni pretende ser, un texto de análisis científico pues carece de la exhaustividad y del rigor necesarios para ello. Además, no tengo inconveniente en reconocer que es mi experiencia personal como corredora la que me lleva a mi postura de firme defensora del descalcismo-minimalismo. Sin embargo, eso no significa que no haya ciencia detrás de esta manera de correr que parece ser una moda nueva pero que es tan antigua como nuestra especie. A aquellos que quieran saber más sobre la fundamentación que hay detrás de esta manera de correr les recomiendo que acudan a los que más saben del tema. En Internet se puede encontrar abundante información. Para no extenderme más me limitaré a recomendar la lectura de los artículos de la web runevolution, con un contenido riguroso y siempre apoyado en la evidencia científica desarrollado por Daniel Ruiz Collado. 

Por último quiero aclarar que mi intención al escribir este texto no ha sido la de generar polémica sino únicamente la de realizar mi aportación al debate establecido ya que en Twitter me faltó espacio para poder explicarme de manera adecuada. En todo caso considero que siempre es enriquecedor el debate sobre estos temas aunque no consigamos ponernos de acuerdo y después que cada uno se ponga, o no se ponga, lo que quiera en los pies.



Nota: Las cuatro primeras imágenes de este post pertenecen al estudio científico que he analizado (x).

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por el análisis. No creo que se pueda explicar mejor ni más imparcialmente. Muchas gracias!!

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  2. Gracias Pesque! Debatir en Twitter puede ser agotador.
    Reconozco que mi defensa por el descalcismo no está exenta de prejuicios hacia algunos expertos que, si bien no dudo que puedan tener amplios conocimientos de biomecánica, se ciñen exclusivamente a lo que dicen los libros y no están abiertos a experimentar. De ahí lo que decía en Twitter acerca de "probar con ganas". Si te pones a hacer algo sin ganas, lo vas a hacer mal, pero si tienes ganas e interés, profundizarás en el tema, y eso es lo que les falta a la mayoría de esos expertos... no tan expertos.
    En ocasiones me han dicho: "a la larga te lesionadas las rodillas". No se paran a pensar por qué lo dicen realmente. 1) asumen que vas a seguir corriendo de talón y 2) no se dan cuenta de que es imposible demostrarlo. Si a la larga acabo lesionado, no habrá modo de demostrar si ha sido por ir descalzo o simplemente por la edad, porque tocaba, o porque había otro problema subyacente.
    En fin, seamos felices, y como decía aquel, "respeto máximo para los que quieran correr descalzos y los que no".
    Saludos!

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  3. Gran debate. Yo deje durante un año mis sandalias y he vuelto ahora con mas ganas aun y aumentando el kilometraje descalzo, es como mejor me siento, pero aun asi no faltan los que te dicen aquello de " tu sabrás lo que haces, luego cuando te lesiones ya me dirás" en fin...que os voy a contar. Un saludico.

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